ARTÍCULO
Proseguir
la lucha contra
las enfermedades
animales
Durante la pandemia de COVID-19, las enfermedades animales continúan propagándose sin descanso. No sólo son responsables de millones de pérdidas animales y socioeconómicas sino que, además, amenazan con agravar la crisis sanitaria mundial. Para frenar su escalada, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) mantuvo la lucha en 2020.
Enfermedades animales: una amenaza para alcanzar los objetivos mundiales
Casi 1300 millones de personas en todo el mundo dependen de los animales para subsistir. Por lo tanto, el impacto de las enfermedades animales no se limita solamente a la sanidad y el bienestar animal, sino que se extiende a los puestos de trabajo y fuentes de ingresos, así como al acceso mundial a una alimentación sana y segura. Algunas enfermedades animales, como la rabia, también representan una amenaza para la salud pública al impactar directamente en la salud humana. Vale destacar que, en los últimos años, la mayoría de las enfermedades infecciosas emergentes tuvieron un origen animal. Por todas estas razones, el bienestar humano es interdependiente de la sanidad animal.
En el marco del 6.o Plan Estratégico de la OIE, nos comprometimos a respaldar a los Servicios Veterinarios de todo el mundo en sus esfuerzos por controlar todo riesgo sanitario animal, en particular en la interfaz animal-hombre-ecosistema. En el marco de la crisis de COVID-19, este respaldo resultó fundamental a la hora de garantizar la continuidad de las actividades veterinarias, cruciales tanto para la salud pública como para las economías nacionales.
En 2020, la OIE reconoció y validó
nuevos estatus sanitarios oficiales y programas de control
Controlar las enfermedades animales prioritarias para reducir su impacto devastador
En el marco de la misión de la OIE, desarrollamos normas y recomendaciones internacionales para guiar a los países en la prevención y el control de las enfermedades animales en todo el mundo. Con el fin de garantizar que este enfoque se base en evidencias científicas, la OIE se apoya en su red de expertos reconocidos internacionalmente. Con la llegada de COVID-19, transformamos de forma rápida y proactiva más de 60 reuniones presenciales de expertos en un formato virtual, superando las barreras físicas impuestas por la pandemia para poder seguir respondiendo a las prioridades mundiales en materia de sanidad animal.
Nuestra respuesta incluye la implementación, junto con nuestros socios, de estrategias mundiales para el control de las enfermedades prioritarias, en particular para la fiebre aftosa, la rabia y la peste de pequeños rumiantes (PPR). La vacunación de los animales es fundamental para disminuir las consecuencias de estas enfermedades sobre la salud humana, e incluso sobre la economía y los medios de subsistencia de las poblaciones rurales. Entre otras acciones, seguimos facilitando a los Miembros el acceso a vacunas de alta calidad a través de los bancos de vacunas de la OIE.
Además, la OIE otorga el estatus sanitario a zonas o países enteros, por medio del reconocimiento de la ausencia de determinadas enfermedades, así como la aplicación de programas eficaces de control de enfermedades de acuerdo con las normas de la OIE. Los estatus sanitarios oficiales de la OIE, al indicar el nivel de transparencia y calidad de los Servicios Veterinarios, contribuyen a una mayor valoración del sector ganadero de los países correspondientes. En 2020, ante circunstancias sanitarias mundiales excepcionales, se implementó un procedimiento adaptado que permitió la adopción de los estatus sanitarios, dada su importancia para las economías nacionales.
En 2020, la OIE facilitó la entrega de más de
de dosis de vacunas contra las enfermedades animales prioritarias
Brindar soluciones globales frente a amenazas crecientes: el ejemplo de la peste porcina africana
El control y la erradicación de las enfermedades animales se dificulta si no se dispone de vacunas eficaces que puedan detener su propagación. Es el caso de la peste porcina africana (PPA), una enfermedad mortal para los cerdos, cuya propagación no muestra signos de detenerse. Si bien la enfermedad no afecta directamente la salud humana, la PPA representa un obstáculo para el sector agrícola y le impide alcanzar su máximo potencial en términos de generación de empleo y disminución de la pobreza. Al ser la carne de cerdo la más consumida en el mundo (35,6 % del consumo de carne), la propagación sostenida de la PPA supone una gran amenaza para la seguridad alimentaria a escala mundial..
Si bien el reto es abrumador y complejo, el control mundial de la PPA es posible gracias al esfuerzo constante y la colaboración a nivel nacional, regional e internacional. Por esta razón, en 2020, lanzamos la iniciativa para el control mundial de la PPA en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y bajo el amparo del Marco Mundial para el Control Progresivo de las Enfermedades Animales Transfronterizas (GF-TADs). Su objetivo: reunir a los gobiernos, la industria y los expertos para apoyar a nuestros Miembros en sus esfuerzos por controlar esta devastadora enfermedad porcina.
La peste porcina africana ya ha provocado más de
de pérdidas animales en Asia, desde su aparición en la región en 2018
Proteger los recursos de los animales acuáticos para un desarrollo sostenible
Dado su crecimiento acelerado, el sector de la acuicultura seguirá enfrentando riesgos de enfermedades, además de otros desafíos. Anticipándose a estas tendencias, la OIE ha desarrollado su primera estrategia mundial para la sanidad de los animales acuáticos (2021-2025) con el apoyo de los expertos de la Comisión de Normas Sanitarias para los Animales Acuáticos. Esta estrategia, que se pondrá en marcha en 2021, establece las prioridades para las acciones de colaboración orientadas a mejorar la sanidad y el bienestar de los animales acuáticos y a aprovechar plenamente su potencial productivo.
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En 2050, la población mundial alcanzará los
Mantener nuestro mundo libre de una enfermedad erradicada
A pesar de que la peste bovina fue la primera enfermedad animal declarada oficialmente como erradicada por la OIE y la FAO, todavía existe la posibilidad de su reaparición. Por consiguiente, resulta crucial que distintos sectores, especialmente en los ámbitos de la política de sanidad animal, la educación veterinaria y la investigación, trabajen en conjunto para garantizar que la enfermedad siga siendo parte de la historia. Esto incluye, entre otras acciones, la sensibilización de las nuevas generaciones de profesionales de la sanidad animal.
Con esta meta, a principios de 2020, más de 12 300 participantes de 121 países participaron en la segunda edición del Desafío de la Peste Bovina de la OIE. En este juego, la enfermedad reaparece y los jugadores deben encontrar el origen del brote, lo que les permite aprender a identificar la peste bovina entre otras enfermedades que presentan signos clínicos similares, así como a manejar material con contenido viral de la peste bovina. El juego se encuentra disponible en línea, como herramienta de aprendizaje para estudiantes, paraprofesionales de veterinaria y otros interesados.